El 83 % de los directores de TI afirman que, en comparación con el año pasado, las amenazas de malware actuales son mucho más difíciles de detener. ¿Por qué? Porque mientras que los cibercriminales conectan varias técnicas en sus ataques avanzados, la mayoría de los productos de seguridad del mercado siguen funcionando de manera aislada. Otros de los problemas son el tiempo de respuesta frente a una amenaza y la poca visibilidad del tráfico de las redes, lo que no permite identificar los riesgos ocultos, apalancados en una gestión que no prioriza las alertas.
Además, la cantidad de incidentes existentes en las redes hace que no importe el número de recursos humanos: siempre es insuficiente. La mayoría de las soluciones del mercado, al no estar gestionada en forma centralizada, impacta muy fuertemente la carga de trabajo de los equipos de TI.