Según IDC, el 90% de las compañías van a adoptar la nube en los próximos años, ya sea como infraestructura, en forma de aplicaciones o servicios y esto supone un gran reto. El problema que conlleva lo anterior está relacionado con el flujo de datos y de dispositivos que están superando los límites de las arquitecturas WAN tradicionales, lo que hace que sea casi imposible que las redes sigan este ritmo exponencial.
Por otro lado, existe una gran dependencia de las empresas del proveedor de conectividad que no siempre es capaz de dar la mejor cobertura y performance en sus servicios, especialmente en las regiones más lejanas. Por lo tanto, trabajar bajo una modalidad multiproveedor cada vez es más necesario.